Querido futuro viudo:
Te escribo para contarte que estás próximo a enviudar.
¿Por qué?
Por ser piurano y nunca llevarme a la ciudad de Piura ni a las ruinas jesuitas. Mucho menos a Suiza ¿Ves que sos ruin, y me hiciste vivir ruinmente?
¡Ay Luis! Te crees ruiseñor, y de tu boca sólo sale ruido. Ni siquiera te gusta Sui Géneris, y de tus fluidos diurnos, tu cara de cuis y esa tuina amarilla mejor no hablar.
Tu frente dice “¡Cuidado! Buitre al acecho de jovencitas”, pero en la cama, parecías cuica. ¡Que infelices fuimos!
Siempre descuidándome a mi, pero a la miura de tu madre, no. ¡Que te cuide ella ahora!
Tomalo como una huida, pero no puedo más, estoy destruida.
Yo, la que te hago viudo (o viudito como gustes) y te condena a la viudez, se suicida de este matrimonio.
Cuidate.
Tu querida viuda, Liuvina
¿leíste a Marcial?
ResponderEliminarel tono de tu texto me lo recuerda.
La verdad que no lo leí, pero ya lo estoy investigando en internet.
ResponderEliminarMe sacaste sonrisas poéticas Ana. Lindo texto.
ResponderEliminarSaludos
Te animaste más a jugar que en otros textos, está muy bueno eso.
ResponderEliminarEn el taller siempre tienen permiso para hacer experimentos con el lenguaje, probar y ver qué pasa. Es cuestión de animarse solamente.
Saludos!
Emilia